Tuesday, March 07, 2006

Faltan tres cosas.


- Desde luego, usted no puede saber esto, sigue sin entender lo que quiero decir con mis palabras. Intuitivamente, tiene usted razón, y eso es lo que importa. Faltan tres cosas.

Primera. ¿Sabe por qué libros como éste son tan importantes? Porque tienen calidad. Y, ¿qué signiifica la palabra calidad? Para mí significa textura. Este libro tiene poros, tiene facciones. Este libro puede colocarse bajo el microscopio. A través de la lente, encontraría vida, huellas del pasado en infinita profusión. Cuantos más poros, más detalles de la vida verídicamente registrados puede obtener de cada hoja de papel, cuanto más "literario" se sea. En todo caso, ésa es mi definición. Detalle revelador. Detalle reciente. Los buenos escultores tocan la vida a menudo. Los mediocres sólo pasan apresuradamente la mano por encima de ella. Los malos la violan y la dejan por inútil.
¿Se da cuenta, ahora, de por qué los libros son odiados y temidos? Muestran los poros del rostro de la vida. Vivimos en una época en que las flores tratan de vivir de flores, en lugar de crecer gracias a la lluvia y al negro estiércol. Sin embargo, pensamos que podemos crecer, alimentándonos con flores, sin completar el ciclo, de regreso a la realidad. Bueno, ahí está lo primero que he dicho que necesitábamos. Calidad, textura de información.
- ¿Y lo segundo?
- Ocio.
- Oh, disponemos de muchas horas después del trabajo.
- De horas después del trabajo, sí, pero, ¿y tiempo para pensar? Si no se conduce un vehículo a ciento cincuenta kilómetros por hora, de modo que sólo puede pensarse en el peligro que se corre, se está interviniendo en algún juego o se está sentado en un salón, donde es imposible discutir con el televisor de cuatro paredes. ¿Por qué? El televisor es "real". Es inmediato, tiene dimensión. Te dice lo que debes pensar y te lo dice a gritos. Ha de tener razón. Parece tenerla. Te hostiga tan apremiantemente para que aceptes tus propias conclusiones, que tu mente no tiene tiempo para protestar, para gritar: "¡Qué tontería!"
- ¿Adónde iremos a parar? ¿Podrían ayudarnos los libros?
- Sólo si la tercera condición necesaria pudiera sernos concedida. La primera, como he dicho, es calidad de información. La segunda, ocio para asimilarla. Y la tercera: el derecho a emprender acciones basadas en lo que aprendemos por la interacción o por la acción conjunta de las otras dos.


Fragmento de Fahrenheit 451 de Ray Bradbury.

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